Sor Juana Inés de la Cruz, una de las más grandes escritoras de México, nació el 12 de noviembre de 1651. Su verdadero nombre era Juana de Asbaje y Ramírez, y desde muy pequeña demostró su interés por conocer: su hermana mayor la enseñó a leer a los tres años. A partir de ese momento sintió enorme gusto y curiosidad por leer los libros de la biblioteca de su abuelo. A los seis años se dio cuenta de que existían las escuelas y universidades y pidió a sus padres que la llevaran. Pero en el siglo XVII la situación de las mujeres era muy distinta a la que existe hoy en nuestro país, ya que niñas y niños tienen derecho por igual de ir a la escuela y prepararse en las universidades. En esa época no se les permitía a las mujeres asistir a las universidades. Las únicas oportunidades para que una mujer tuviera acceso a la educación, a la cultura y al arte, eran, en primer lugar, si pertenecía a la corte del virrey. Y en segundo lugar, si pertenecía a un convento católico.
Como Sor Juana estudiaba y leía mucho, a los trece años fue llamada para servir a la virreina Leonor Carreto. Ella influyó en forma definitiva en Juana, quien fue muy admirada en la corte por sus conocimientos. A los 16 años tuvo que tomar el único camino que tenía para poder seguir estudiando: ingresar al convento. Ahí se desempeñó como bibliotecaria y encargada de la contaduría, estas labores le permitieron dedicarse a la lectura y escritura de poesía, prosa y teatro.
Debido a una epidemia que se extendió por toda la región, Sor Juana Inés de la Cruz enfermó y murió el 17 de abril de 1695. Sor Juana fue reconocida por su digna rebeldía y su incomparable inteligencia y talento. Sus contemporáneos le dieron el nombre de “Décima musa”.